Playa, dunas, bosque, arrozal, lago... ecosistemas mediterráneos que concentran una sorprendente biodiversidad. Ambientes muy especiales de los que disfrutar descubriéndolos, y aprendiendo a interpretarlos. Aves que viajan miles de kilómetros para criar en estas tierras, peces que solo aquí pueden encontrarse, insectos adaptados a vivir en condiciones extremas; árboles centenarios con lianas, arbustos que lo cubren todo... ¡L’Albufera es diversidad! ¿Sabías que en l'Albufera viven mamíferos carnívoros, a medio camino entre los perros y los gatos, descendientes de las mascotas de los antiguos pobladores árabes?
Entrar en el Parque Natural de l'Albufera es pasar de la ciudad, con su ruido y densidad, a campos abiertos y extensas playas, a excursiones por el bosque, rutas en bicicleta o paseos en barca, a observar aves o escuchar el mar, a comer un bocadillo a la sombra de un pino o un all i pebre... ¿tú qué propones?
Acercarse a los pueblos de l’Albufera es acercarse a nuestra historia: huertas cuidadas con esmero, barracas, artes de pesca tradicional, fiestas populares, embarcaciones con vela latina. Restos de un pasado en el que las condiciones de vida en l'Albufera eran las propias de un lugar indómito, salvaje y de una dureza extrema. Son pequeños pueblos donde todos se conocen y que se esfuerzan en conservar el carácter agrícola-pesquero que los identifica.